-María, esta tarde quiero que
vengas conmigo a visitar a una amiga mía -me dijo mamá al terminar de comer.
-Muy bien mami ¿Y quien es? ¿Y
porqué quieres que vaya? -pregunté extrañada de que quisiera llevarme.
-¿Recuerdas a Nuria? -me preguntó
-Pues claro que sí, es la que
está esperando un bebé ¿verdad? -le dije.
-Sí, esa misma. Pues hace una
semana nació su niña, se llama Candela, y me apetece mucho que vengas conmigo a
conocerla -me contó con una sonrisa.
-¡Qué bien! Pues claro que iré
encantada ¿y podré cogerla en brazos? -pregunté emocionada con la idea de ver a
un bebé chiquitito.
-Bueno tranquila, es muy
pequeñita y hay que tener mucho cuidado. Pero seguro que te la deja coger un
poquito -habló mi mamá.
-¡Estupendo! Te prometo que
tendré mucho cuidado -le dije muy contenta.
Mientras acabábamos de recoger la
cocina, recordé que unos días antes de semana santa, Nuria vino a nuestra casa
a charlar con mamá. Era una persona muy amable y siempre que me veía me daba un
par de besos, al tiempo que me decía lo grande y guapa que estaba. También
recordé que tenía una barriga enorme, y eso era porque un bebé crecía dentro de
ella. Aunque a mí, me parecía imposible que una personita cupiese allí dentro.
No podía dejar de pensar que cómo era posible que la barriga se estirase tanto
¡Si parecía que le iba a explotar! Tanto me intrigaba que le pedí permiso para
tocarla, y cuando me dejó acariciársela, pude sentir unos movimientos extraños
allí dentro que me asustaron un poco.
-Tranquila María, es el bebé que
se mueve y da pataditas -me explicó Nuria.
-Claro no me extraña, seguro que
estará muy apretadita ahí dentro -le dije.
-Supongo que tienes razón, la
verdad es que tengo ganas de que salga y verle la carita -me contestó
sonriendo.
-Bueno tranquila que ya no te
queda nada, en unas semanas la tendrás aquí -le dijo mi mamá.
-Pues yo muy tranquila no estaría,
y es mejor que tengas cuidado, porque un
día de estos te da una patada fuerte y te sale disparada -comenté preocupada.
-Pero que cosas se te ocurren nena.
Anda ve hacer los deberes -habló mi mamá entre risas.
Tan ensimismada estaba en mis
recuerdos que no me dí cuenta de que ya era la hora de irnos. Así que me fui
corriendo a mi habitación para coger una chaqueta y rápidamente bajé al garaje
donde me esperaba mamá. Tuvimos que ir en el coche porque vivían en una
urbanización preciosa que había en la otra punta de la ciudad. Por el camino
mamá me fue contando cosas de su amiga, de cuando se conocieron y de todas las
confidencias que compartían. Ellas habían trabajado juntas hacía unos años y
además de compañeras se hicieron grandes amigas. Solían quedar para tomar café,
ir de compras juntas o simplemente se veían para charlar de sus cosas.
Fue así, casi sin darme cuenta
como llegamos a la casa de Nuria. Esta ya nos había abierto el portal por lo
que no hizo falta timbrarle. Subimos en el ascensor hasta el octavo piso y allí
nos esperaba con Candela en brazos. Tanto mi mamá como yo suspiramos a la vez
diciéndole ¡Qué linda! Después de besarnos y abrazarnos, nos invitó a entrar en
su casa. Nos hizo pasar al salón donde tenía una mesita con galletas y bombones
por si nos apetecía comer algo. Pero mi mamá lo único que quería era coger a la
niña en sus brazos, y la verdad, es que yo también.
-¡Es preciosa nena! -le dijo mi
madre al cogerla.
-Bueno qué te voy a decir yo, si
es mi peque -le contestó Nuria ligeramente emocionada.
-Se parece a ti, con esta carita
redondita y esos ojitos tan bonitos -siguió diciéndole mi mamá.
-Pues yo no le veo parecido con
nadie, es un bebé muy bonito y punto -dije de pronto.
-Eso es porque tú no entiendes
María, cuando seas mayor ya sabrás sacar los parecidos -me respondió mi madre.
-¿Quieres cogerla un poquito? -me
preguntó Nuria.
-¡Oh sí, eso me encantaría!
-respondí sorprendida de que me dejase.
Entonces me mandaron sentarme en
el sofá y con mucho cuidado colocaron al bebé en mi regazo. Al tiempo que
pasaba uno de mis brazos por detrás de su cabecita para sujetarla mejor. Aunque
creo que no se sentía muy segura, porque enseguida me agarró un dedo con su
diminuta manita, como diciéndome que no la soltara. Me miraba fijamente con sus
ojitos bien abiertos y hasta me pareció que esbozaba una pequeña sonrisa.
-Me parece que le gustas María
-me dijo Nuria.
-¿Tú crees? Pues me alegro, y si
alguna vez necesitas una canguro para cuidarla, cuenta conmigo -le respondí con
una sonrisa.
-Eso por supuesto, estoy segura
de que no hay nadie mejor que tú para atenderla -me contestó.
-Además yo puedo enseñarle muchas
cosas, a leer, escribir, sumar, restar, etc. Que ahora con la crisis esta todo
muy complicado, y cuanto más pronto aprenda, mucho mejor -le expliqué muy
seria.
En ese momento, las dos se
pusieron a reír a carcajadas al escuchar mis palabras. Mientras mi mamá me
decía que no corriese tanto que aún era muy pronto para esas cosas. A pesar de
sus risas, sigo pensando que cuanto más preparada esté para el futuro mucho
mejor. Candela me miraba como si entendiese lo que estaba diciendo, y creo que
sí me entendía, porque apretaba mi dedo con fuerza y me sonreía ligeramente.
Me encantó conocerla y fue una
tarde estupenda en casa de Nuria. La felicidad se respiraba en su hogar con la
llegada de Candela. Tanto ella como Camilo, su marido y papá del bebé, estaban
radiantes con su niña. Mi mamá y yo les deseamos lo mejor del mundo para los
tres porque se lo merecen. La verdad es que me costó mucho marcharme, pero
Nuria me dijo que podría volver siempre que quisiera.
Ohhh, que tierna la historia, Candela y María que una vez más se ofrece para todo, jejee. Si hiciera todo lo que se propone y ofrece a los demás no le quedaría tiempo para ella. Bicos Lúa y felicidades por tu historia de hoy. Sigue así.
ResponderEliminarElla es así siempre se ofrece para ayudar, pero tienes razón a este paso no tendrá tiempo para ella. Gracias amiga por tu comentario y por estar siempre ahí.
EliminarUn biquiño
Preciosa historia Lua me encanto..se palpa la ternura! Bienvenida Candela, y felicidades a sus papas y amigos. Son una bendicion en tiempos de crisis o no..traen un nuevo significado a la vida.
ResponderEliminarGracias Debbie, sí que son una bendición. Una nueva vida que empieza llena de ilusión y esperanza. Me alegro que te gustase la historia.
EliminarUn biquiño amiga
¡Buenas noches Lua !Qué bonita la historia de hoy cuanta dulzura me encanta ,María se presta a todo es un encanto .La verdad hasta me hizo reír con sus salidas es un encanto de niña .Gracias por esta bella historia Lua cada día te superas .Feliz noche preciosa.
ResponderEliminarBikiños linda
¡Buenas noches Mila! Me alegro que te gustase, y sí que es tierna y real también. Candela es la niña de una amiga mia que nació hace unas semanas y me apetecía mucho dedicarle esta historia. María por supuesto siempre dispuesta a ayudar en todo jajajaja. Gracias cariño por tu apoyo y tus palabras.
ResponderEliminarFeliz noche y montones de biquiños preciosa
Cada vez me gusta mas María,su sinceridad engancha y es una historia que me recuerda a mi reciente nieta,gracias por brindarnos unos escritos que hacen que seamos más humanos,mis felicitaciones
ResponderEliminarGracias Carlos y me alegro que te guste. La llegada de una nueva vida siempre hay que celebrarla, es un motivo de alegría y felicidad. Disfruta mucho de tu nieta que te lo mereces.
EliminarUn biquiño amigo
Felicidades por esta nueva entrega de Maria. Me ha hecho reír con sus ocurrencias sobre la barriga de embarazada de nuria. Un homenaje a esa natalidad que cada vez está más lejana pero que sigue siendo maravillosa y necesaria.. Gracias por dejarnos disfrutar de tus creaciones. Un abrazo :)
ResponderEliminarSin natalidad no tendríamos futuro es por eso que cada nueva vida que llega es motivo de felicidad. Gracias Roberto y me alegro que te haya gustado la historia de hoy.
EliminarUn biquiño amigo
ESTA MARIA ES UN AMOR DULCE INTELIGENTE ME HACE REIR Y AL MISMO TIEMPO ME DA MUCHA TERNURA GANAS DE ARRECHUCHARLA, HERMOSA HISTORIA Y TAN REAL COMO LA VIDA MISMA BIQUIÑOS, MARIA Y BIQUIÑOS A LUA UN AMOR
ResponderEliminarMe alegro que te gustase la historia Asun. Es cierto que María es todo ternura y muy espabilada también. Gracias cielo por tu comentario.
EliminarUn biquiño guapa