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martes, 3 de abril de 2012

¿Para qué suben los impuestos si así estamos peor?

Cuando en casa me dejan ver la televisión, cosa que ocurre solo si tengo todos los deberes hechos, busco programas que sean divertidos y me hagan reír. Supongo que es lo que hace todo el mundo, para eso está, para entretener. En cambio papá, hace todo lo contrario a los demás y parece que la ve para enfadarse. Se pone hecho una furia, sobre todo con las noticias. Incluso llega a hablar solo, discutir consigo mismo, con el presentador, con la pantalla o con quién se le ponga por delante. Precisamente ayer por la noche, mientras ayudaba a mamá a hacer la cena, le oímos como refunfuñada en el salón.

-Ya está tu padre hablándole al televisor -indicó mamá.

-¿Y por qué hace eso? ¿Acaso le contesta? -pregunté intrigada.

-Pues no te creas, que el día menos pensado le responde y a tu padre le da un patatús -contestó entre risas.

Comencé a pensar cómo sería una discusión con un televisor que tuviese la capacidad de contestarte. Aunque creo que a mí eso me daría mucho miedo ¿Y si las personas salen e invaden tu casa? Imagínate que un día te levantas por la mañana y te encuentras al presentador de los informativos duchándose en tu baño. ¡Qué susto! Sinceramente prefiero que se queden dentro. Visto que mis pensamientos no me llevaban a ningún sitio, decidí ir al salón para ver qué había pasado que tanto disgustaba a papá.

-¿Qué ocurre papá? ¿Con quién hablas? -pregunté.

-Solo cariño, hablo solo. Es que todo son malas noticias, sobre todo para los pobres. Ahora el gobierno va a subir los impuestos y recortar prestaciones. ¡Lo que nos faltaba! -dijo él algo irritado.

Yo no me enteré en que idioma hablaba. Las palabras que decía a mí me sonaban a chino. Pero me picaba la curiosidad por saber que eran los impuestos y lo otro que había dicho que sonaba fatal. Lo único que tenía claro es que todo eso era malo.

-Papi como no te expliques yo no entiendo nada de lo que dices -dije sentándome a su lado en el sofá.

-Es un poco complicado María, pero intentaré explicártelo para que lo comprendas. Los impuestos son un pago obligatorio que las personas y empresas dan al estado para financiarlo. Con ese dinero se construyen carreteras, puertos y aeropuertos. Además se pagan los servicios públicos de sanidad, educación, etc. -dijo papá.

-Pues no suena tan mal como parecía, no entiendo por qué te enfadas -repliqué.

-Pues sí que me enfado, porque ahora por culpa de la crisis quieren que paguemos más impuestos. Pero no para que estemos mejor, ya que pretenden reducir gastos y eso lo harán en sanidad y educación. Esto que significa que los servicios médicos empeorarán y los colegios tendrán más dificultades para enseñar a los niños como tú -concluyó papá.

-Pues no lo entiendo. Se pagan para que tengamos más cosas y luego las quitan ¿Para qué pagamos entonces? -interrogué.

-Porque hay que ahorrar María y esta es la forma que tienen de hacerlo. Pero eso no es todo, el problema es que la gente no tiene trabajo y tiene que pagar sus impuestos igualmente -explicó papá.

-Venga, vamos a cenar y deja de contarle esas cosas a la niña que ella no tiene porqué preocuparse de eso -dijo mamá desde la cocina.

-No estoy de acuerdo, nuestro deber es prepararla para el mundo en que vivimos. Que sepa cómo son las cosas no le hará ningún daño -señaló muy serio.

Mientras ellos discutían cuál era la mejor forma de contarme lo que sucedía a mi alrededor, yo me quedé pensativa. Aunque entendí todo lo que papá me relató, había detalles que no me cuadraban y a los que no paré de dar vueltas durante toda la cena. Si los trabajadores no tenían trabajo ¿Por qué debían pagar los impuestos si encima les quitaban cosas? ¿Por qué no pagaban los que trabajaban o los que tenían más dinero?

Además la forma de ahorrar no la comprendía. Es como si mamá fuese a comprarme unos calcetines y la señora de la tienda le dice que le pague dos y le vende uno, para ahorrar claro. ¿Y qué hacen con el otro calcetín? Creo que mamá tiene razón y casi prefiero vivir en la ignorancia, aunque entiendo que papá se enfade y le hable al televisor. Bastante paciencia tiene. Si fuese yo lo tiraba por la ventana para no volver a oír noticias tan absurdas.

6 comentarios:

  1. Ay, pobre María. Yo creo que con lo lista que es, en cualquier momento se le empiezan a ocurrir cositas para ayudar a salir de la crisis a sus conciudadanos. Ánimo, Lúa, sigue dándole a la tecla que lo haces muy bien.

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  2. Autora alegras mi día, con tus textos.

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  3. que bonito !!! y si le presentamos NANDI a MARIA ? el con su picardía y ella con su ternura ! podrian hacer una linda amistad !

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  4. Gracias Meryross por tus comentarios y bienvenida al mundo de María. Sobre lo de que Nandi y María se conozcan es algo que ya le propuse al cuentista y ¿quién sabe? Seguro que serían buenos amigos. Un saludo.

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  5. Olá eu também tenho um mundo de Marias lá no meu blog. São personagens com suas historias poéticas e cotidianas. Adorei conhecer este blog. Falo português mas acho que dá para entender.

    Um abraço

    Mariacininha

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  6. Gracias Mariacininha por tu comentario y bienvenida. He visitado tu blog y es precioso. Me gustan tus historias de Marías y no te preocupes por el idioma que nos entenderemos perfectamente. Un abrazo.

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