Hace muchos meses que en mi casa
reina la paz y la armonía. La Señora Crisis apenas nos perturba, y la llevamos,
como la mayoría de las familias, con resignación. Nos hemos acostumbrado a,
como dice papá, “apretarnos el cinturón”. Intentamos gastar lo mínimo posible
ya que las circunstancias no nos permiten otra cosa. Ahorrar, se ha convertido
en nuestro objetivo primordial.
Con todo esto, nos sentimos
felices y afortunados con lo que tenemos. Damos gracias por no estar en una
situación delicada como, por desgracia, lo está la gran parte de la gente que
conocemos. Amigos de mis padres que se han quedado sin trabajo, que apenas
consiguen pagar su casa y a los que les cuesta mucho llegar a final de mes.
Por eso mis padres siempre
intentan ayudar en todo lo que pueden, a pesar de nuestras escasas
posibilidades. Aunque a veces, esto signifique tener que prescindir de algunas
cosas, que al fin y al cabo, tampoco nos hacen tanta falta. Tan mentalizada
estoy de todo esto que cuando vamos a comprar ya no pido nada que no necesite.
Porque sé que mis padres hacen un enorme esfuerzo para que a mi hermano y a mí
no nos falte de nada.
Quizás por eso, cuando este
mediodía escuché unas sonoras carcajadas que provenían del salón, pensé “por
fin, una buena noticia” Sin pensarlo, salí disparada de la cocina, donde estaba
ayudando a mi mamá con la comida, para saber qué pasaba. Al llegar, vi a mi
papá partiéndose de risa en el sofá mientras no dejaba de señalar al televisor.
Fue algo curioso, porque estaba viendo las noticias, y normalmente, estas le
ponían de muy mal humor y nunca le hacían ni pizca de gracia.
-¿Qué ocurre papi? ¿Por qué te
ríes tanto? -pregunté intrigada.
-Ay María, es que acaban de
contar una noticia buenísima -contestó entre risas.
-¡Que bien! Por fin buenas
noticias. Y de qué se trata ¿se acabó la crisis? -seguí preguntando.
-Mira eso sí que sería un notición.
Pero no, cariño, lo que acaban de decir en las noticias es para salir a la
calle y no dejar de gritar en un mes -me dijo dejando de reírse para ponerse
muy serio.
-No le digas esas cosas a la niña
que la vas a asustar, por dios. Acabará por pensar que te has vuelto loco
-habló mamá desde la cocina.
-Es que eso mismo nos vamos a
volver todos, locos. Además María es una chica lista y debe saber en qué mundo
vive -le contestó.
-Pues explícamelo papá porque no
entiendo nada -le dije.
Me contó que las carcajadas no
eran por una noticia agradable, más bien al contrario. Eran risas de
frustración o lo que comúnmente llaman los mayores “reír por no llorar”. Al
parecer, en la televisión acababan de decir que el gobierno, ese mismo que
recorta en educación, en sanidad, que permite la subida de los alimentos de
primera necesidad, que abarata los despidos, que asfixia a los trabajadores
reduciendo sus derechos a la mínima expresión, que sube los impuestos, que
permite los desahucios…ese mismo gobierno que dice no tener dinero para
invertir en salvar a las familias, que no busca soluciones al elevado desempleo
que azota a nuestro país, pues ese gobierno, ha decidido que lo más urgente en
este momento es salvar las autopistas, y para ello destinará una cantidad escandalosa
de dinero.
-No entiendo papi ¿las
autopistas? -pregunté sorprendida.
-Sí nena, las autopistas. Esas
por donde circulan los coches para ir de ciudad en ciudad y que son de pago,
para más recochinéo. Pues tienen problemas económicos y por eso nuestros
queridos gobernantes han decidido rescatarlas para que puedan seguir sangrando
al ciudadano de a pie -me explicó mi papá.
-Pero hay algo que no comprendo,
si las carreteras se construyen con los impuestos de todos ¿Por qué nos cobran
por circular por ellas? -interrogué.
-Esa es una buena pregunta hija.
Supuestamente son carreteras mejor construidas y con menos accidentes y por eso
la inversión es mayor, así que ponen peajes para cobrar a los conductores por
usarlas. Pero debido a la crisis la gente las usa menos y ahora deben dinero,
así que el gobierno ha decidido pagar parte de sus deudas para que puedan
seguir funcionando -me contó.
-¿Y porqué no rescatan a las
familias que se quedan sin casa? -pregunté extrañada.
-Porqué eso no es rentable cariño
y no supone beneficios para el gobierno. Sé que es difícil de comprender,
créeme que yo tampoco lo entiendo -me contestó con resignación.
A pesar de la explicación que me dio
mi papá, hay cosas que se escapan a mi compresión. Creo que lo normal es que todas
las carreteras se construyesen para proteger a los conductores que circulan por
ellas y no solo hacerlo con algunas. La seguridad debería ser siempre lo
primero, y cobrar por tenerla, me parece de lo más injusto. Además, considero
que nuestros políticos deberían preocuparse más por rescatar a las familias y
por crear empleo que por rescatar autopistas.
Cada vez entiendo menos el mundo
de los adultos, mientras unos luchan cada día por salir adelante, otros viven
de las ayudas del gobierno y no importa cuál sea la deuda que tienen, siempre
los rescatarán. Porque al final lo importante no son las personas, son las
empresas y eso es algo que nunca entenderé.
El mensaje parece muy claro : “reír por no llorar”
ResponderEliminarEntonces mejor reiremos porque llorar no me apetece nada. Gracias Angel por tu comentario.
EliminarUn biquiño corazón
Una muy buena critica a este gobierno que solo piensa en los que menos necesitan y olvidan a los ciudadanos que viven cada más asfixiados. Me encanta María y su autora.
ResponderEliminarUn abrazo para las dos!!
Por eso mismo María no podía estar callada ante esta nueva decisión gubernamental. Gracias Manuel, me alegro que te gustase la historia.
EliminarUn biquiño
Una realidad muy triste. En algunas familias se puede ajustar el cinturón, en otras no.
ResponderEliminarBesiños Lúa.
Tienes razón Cecilia, es una triste realidad. Esperemos que todo mejore pronto porque la situación es insostenible para muchas familias.
EliminarUn biquiño linda
Como dice Ángel, reir por no llorar, pero realmente María siempre nos hace reir. Mi hija tampoco entendía muy bien qué es eso de salvar autopistas, pero ha leído la historia de María y lo pilla un poco más. De todas formas no acaba de entender que los adultos "salvemos autopistas". Le sigue sonando a chino. Igual nuestros hijos son más coherentes que nosotros los mayores. Un bico cielo.
ResponderEliminarPor eso creo que a los niños debemos explicarles la situación para que sepan la realidad que viven sus mayores. Aunque es difícil para ellos entenderlo pero creo que es necesario contarles las cosas tal y como suceden.
EliminarMuchas gracias por tu comentario mi querida amiga.
Un biquiño guapa
Es una pena que María tenga que sufrir las consecuencias de éstos políticos que están empeñados en defender los intereses de sus amiguetes,sin importarles el futuro de los niños
ResponderEliminarEs cierto Carlos, una pena. Esperemos que las cosas cambien por el bien de todos. Gracias por tu comentario.
EliminarUn biquiño corazón
Esta niña ya es más lista que muchos políticos. Será porque utiliza el sentido común?
ResponderEliminarMuy bueno Alberto, seguro que es eso. Solo espero que los que nos gobiernan empiecen a utilizarlo de una vez.
EliminarUn biquiño pibón del Areal
¡Buenas tardes Lúa! No había visto la ultima historia de María, la verdad estos días paro poco y esto corre que se mata. Muy buena crítica de María al Gobierno .Esta niña llegará lejos, muy buena reflexión al final así es. Me encantó Lúa . Sigue así y lo siento no haberla visto antes. Feliz tarde.
ResponderEliminarBikiños linda
¡Buenas tardes Mila! No te preocupes corazón que entiendo que estos días con el puente andamos todos de un lado para otro. Me alegro mucho que te gustase la historia.
EliminarGracias por tu apoyo cielo, feliz tarde y muchos biquiños linda