Hoy celebramos el día del padre.
Fue por eso que esta mañana, nada más entrar en la clase, nuestra profesora, la
señorita Paula, nos dijo que dedicaríamos el día para hacerles los regalos a
nuestros papás. Toda la clase asintió entusiasmada ante la propuesta de la
maestra. Entonces nos pidió que pensáramos con qué podríamos sorprenderles.
Después de meditarlo durante unos minutos, empezamos a decir lo que a cada uno
le parecía lo mejor. Unos propusieron una postal decorada, otros una corbata de
cartulina, algunos preferían hacer un portalápices...
-A mí me gustaría un marco para
poner una foto de él y mía. Así cada vez que la vea, se acordará de lo mucho
que le quiero -dije de pronto poniéndome en pie.
-Eso esta muy bien ¿Qué os parece
la idea de María? -preguntó la profesora dirigiéndose al resto de la clase.
A todos les pareció una idea
estupenda y decidimos que era eso lo que haríamos. Ya solo nos faltaba apuntar
los materiales que íbamos a necesitar para confeccionar nuestro regalo. Así que
hicimos una pequeña lista de lo que precisábamos: dos cartulinas gruesas, una
de color negro y otra amarillo, papel de plata, pasta alimentaria, unas tijeras
y un tubo de pegamento.
Fue así, como por la tarde,
llevamos a la clase todo lo necesario para comenzar con la confección de
nuestro obsequio. Al principio se formó un gran revuelo, todos hablábamos a la
vez de cómo debíamos hacerlo, y claro, así no había forma de entenderse. Entonces
la señorita Paula nos pidió calma y empezó a organizarnos para que todo saliese
perfecto. Nos dijo que podíamos ponernos en grupos de tres y así nos ayudábamos
unos a otros. Por supuesto Clara y yo nos pusimos juntas. Pero como nos faltaba
una para formar nuestro grupo de trabajo, y no queríamos niños, sobre todo
Clara, escogimos a Alicia, para que hiciese el trabajo con nosotras.
A pesar de que ya llevaba en
nuestra clase desde principio de curso, todavía seguía teniendo problemas para
integrarse con los demás niños. Pero con nosotras se sentía bien, tanto que nos
había contado que sus padres se estaban separando y que se peleaban por ganarse
su cariño. Es por eso que su madre no le había comprado nada para poder hacer
el regalo a su padre. Me costaba mucho entender la actitud de su mamá y me daba
pena porque ella sufría por culpa de la guerras que sus padres mantenían.
-No te preocupes Alicia, nosotras
compartiremos nuestro material contigo -le dije con una sonrisa.
-Pues claro que sí, además mi tía
es una exagerada y me compró para hacer tres marcos por lo menos -nos contó
Clara entre risas.
-Muchas gracias chicas, sois
estupendas -dijo Alicia ligeramente emocionada.
Un par de horas después
termínanos nuestros marcos, con algún que otro dedo pegado y con algún pequeño
cortecito con la tijera, aunque todo muy leve. La verdad es que nos quedaron
chulísimos, y ya solo faltaba ponerle la foto que llevaría por dentro. Cada uno
puso la que más le gustaba. La mía era una de mis favoritas y estaba segura que
a mi papá le iba a encantar.
Una vez termínanos, nuestra
profesora nos recordó que debíamos entregárselo esta noche. Por último nos
indicó que podíamos escribirle una pequeña tarjeta de felicitación. En ella
además de felicitarle, deberíamos expresar nuestros sentimientos hacia nuestro
papá. Al hacerlo, no pude evitar emocionarme, pensando en lo mucho que le
quería y en lo importante que era para mí.
Cuando llegué a casa, me puse
hacer los deberes a la velocidad del rayo, deseando que las horas pasaran
rápidamente para poder entregarle el regalo. Por fin llegó la hora de cenar, y
tan deprisa comía, que mamá empezó a regañarme diciéndome que fuese más
despacio o terminaría por atragantarme. Nada mas terminar, pedí permiso para
levantarme y me fui corriendo a mi habitación para buscar mi obsequio. Lo había
envuelto en papel plata y le había puesto una pegatina roja que ponía ¡Feliz
día papá! Volví a entrar en la cocina y me dirigí hacia él, primero le di un
abrazo muy fuerte y a continuación le entregué mi regalo.
-¡Vaya qué sorpresa! ¿Es para mí?
¿Qué será? -me preguntó.
-Ábrelo y lo sabrás -le dije algo
impaciente.
Comenzó a desenvolverlo con mucho
cuidado para no romper el papel, y cuando lo abrió, se quedó mirándolo durante
unos minutos sin decir nada. El marco era muy bonito pero lo mejor estaba
dentro. Allí había puesto una foto de él y mía cuando yo era solo un bebé. Mi
papá me tenía en sus brazos, y yo le miraba con una gran sonrisa, mientras con
mi manita sujetaba su dedo pulgar. Aproveché ese momento, para darle la tarjeta
y pedirle que la leyese. En ella ponía:
Te quiero mucho papá, porque eres
mi mejor amigo.
Mi mejor ejemplo y mi mejor
maestro.
Mi héroe en los juegos y mi
compañero en el camino.
Porque estás siempre que te
necesito.
Por todo esto te doy las gracias.
¡Muchas felicidades!
No dijo nada, tan solo me abrazó
muy fuerte. Sentí todo su amor y cariño acurrucada en su pecho. Entonces me
susurró al oído que estaba muy orgulloso de mí y que era la mejor hija que se
podía tener. Aunque creo que exageraba y la emoción que sentía en ese momento
le hacía decir esas cosas, pero fuera como fuese, a mí me gustaba.
Pasados unos minutos, mamá nos
interrumpió, ligeramente emocionada, para decirnos que nos sentásemos, que
ahora empezaba en la tele la Nit
de la Cremà. Yo
no sabía de qué hablaba y mucho menos en que idioma lo hacía. Entonces papá me
contó que era una fiesta valenciana que se celebraba el mismo día del padre.
Las calles de aquella ciudad estaban adornadas por figuras preciosas que
representaban distintos momentos de la vida y la sociedad. Las había sobre los
políticos, sobre personajes famosos, otras eran infantiles, etc. Pero sobre
todo había muchos fuegos artificiales y petardos, que hacían tanto ruido que
parecía que te ibas a quedar sordo. De pronto, pasó algo que me dejo atónita,
aquellas figuras tan bonitas y que tanto trabajo habían dado a sus creadores,
comenzaron a arder.
-Pero ¿Qué hacen? ¿Están locos o
qué pasa? -pregunté sorprendida.
-No nena, esas figuras son las
fallas. Su fin es arder en este día, después de días expuestas para que todo el
mundo las vea y disfrute de su belleza -me explicó mi papá.
Lo que me faltaba por oír. No
podía entender que quemasen algo tan precioso y que seguramente había costado
un montón de trabajo y dinero. La verdad es que me daba pena ver como eran
devoradas por el fuego. En vez de disfrutar con las figuras tan hermosas, lo
que más les gustaba era ver como se quemaban. Hasta el punto de que le hacían
una fiesta por todo lo alto ¡Que raros son los mayores!
Muy bonito como siempre... Os pido perdón, sois los mejores hijos que uno pueda desear y seguramente en estos momentos tan duros de mi vida he actuado muy egoistamente sin pensar en vosotros y que tambien vosotros lo estais pasando mal con la separación... Gracias por vuestro amor... Gracias Lua por abrirme los ojos...
ResponderEliminarMe alegro que te guste Carles y eres un gran padre, eso no lo dudes nunca. La vida no es fácil pero tú lo estas haciendo muy bien, a pesar de todo. Gracias a ti por ser como eres.
EliminarUn biquiño amigo
Esta María es para comérsela a besos, que ricura de niña y oyee, tiene razón con lo de las fallas. Son unos monumentos preciosos como para que mueran en las llamas, jejejejee. Bicos Lua, preciosa y emotiva historia--- ¡¡otra!!
ResponderEliminarSí que es una pena, son auténticas obras de arte que desaparecen en minutos. Pero bueno en eso consiste la fiesta jeje. Gracias por tu apoyo mi querida amiga y por estar siempre ahí.
EliminarUn biquiño
Definitivamente María tiene sentimientos puros,es solidaria y siempre deja una sensación que hace que nosotros podamos corregir los errores que solemos cometer,mi querida hija la recuerdo de pequeña con una solidaridad increible y con el paso de los años,esos principios los mantiene intactos,reconozco que la historia ésta me hizo llorar mucho,gracias Lua,por enseñarnos el valor de una familia,un beso enorme
ResponderEliminarLos niños siempre nos enseñan, con su inocencia y sus sentimientos puros. Es una pena que nos corrompamos tanto al crecer, espero que las Marías de hoy sigan así en el futuro. Gracias Carlos, me encanta que te gustase el cuento de hoy.
EliminarUn biquiño amigo
¡Buenas noches Lua! Maravillosa la historia de hoy ,hasta me hizo caer unas lagrimas pensando en mi padre ufff. María puro amor es y muy buena compañera de eso no hay duda siempre dispuesta a ayudar a los demás, es un encanto. En lo que si le doy la razón es con las fallas, también pienso lo mismo que ella después de tanto trabajo y dinero quemarlas jejeje en fin es una tradición y así hay que verlo pero qué razón tiene que raros somos los mayores jajajajaja.Gracias Lua, como siempre disfrute mucho leyéndola.Hasta la proxima.
ResponderEliminarFeliz noche cielo
Bikiños muchos
¡Buenas noches Mila! Reconozco que yo también me acordé mucho de mi padre, cuando ya no están aquí te das cuenta de la falta que te hacen y de lo importantes que eran en tu vida. Me alegro que te gustase cielo y yo también estoy de acuerdo con vosotras, es una pena que se quemen las fallas aysss con lo preciosas que son jajaja. Gracias tesoro por tu apoyo, que pases una feliz noche.
EliminarUn biquiño enorme linda
Siento llegar tarde. Últimamente voy fatal.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con María, yo nunca entendí eso de quemar las figuras, con lo que les costó hacerlas...
Y vaya dedicatoria a su padre, le tuvieron que temblar las canillas.
Muy bueno, Lúa, siempre encuentras algo nuevo que contarnos.
Felicidades!
Un biquiño, amiga.
No te disculpes por favor, ya me imaginaba que andarías liado. La verdad es que todos tenéis razón con lo de quemar las fallas, es una pena que algo tan bonito tenga un destino tan triste.
EliminarEn esta historia María quiso hacer un pequeño homenaje a los papás, tan importantes en nuestras vidas y que se lo merecen todo. Gracias cuentista por tu apoyo.
Un biquiño amigo
Es la primera historia que leo de ti lua y me he emocionado con esa niña y el amor que siente hacia su padre. Que sentimiento tan hermoso . esos detalles cotidianos nos dan la felicidad. Animo con tus cuentos. Llegarás muy lejos. Es una sensación. Un abrazo amiga :)
ResponderEliminarMe alegro mucho que te gusten los cuentos. Bienvenido a esta tu casa Rober y gracias por tu comentario.
EliminarUn biquiño amigo