.

jueves, 14 de febrero de 2013

¡Feliz día de San Valentín!

Esta mañana cuando entré en la cocina me llevé una sorpresa. Me encontré a papá atareado preparando el desayuno. Normalmente era mamá la que lo hacía, por eso que verle a él allí, era algo insólito. Estaba tan animado que hasta canturreaba una melodía que no logré distinguir. Encima de la mesa tenía una bandeja donde había colocado: zumo de naranja, tostadas, mantequilla y mermelada. En el centro de la fuente había un pequeño jarrón de cristal con una preciosa rosa roja dentro. Entonces pensé que quizás algo había pasado entre mis padres, no sé. A lo mejor habían discutido, seguro que hizo algo que no debía, y ahora pretendería arreglarlo.

-¿Qué haces papi? ¿No me digas que mamá se enfadó contigo y estás intentando que te perdone? A eso se le llama hacer la pelota, ¿sabes? -le dije.

-No cariño, no es nada de eso -me dijo entre carcajadas-. No seas mal pensada nena, es que hoy es San Valentín, el día de los enamorados, y quiero sorprender a tu madre llevándole el desayuno a la cama.

-¡Oh, no me digas! ¡Qué detalle más bonito! Seguro que le encanta -le dije con una sonrisa.

Entonces agarró la bandeja que había preparado con tanto amor y se dirigió hacia su habitación. Nada más entrar, pude escuchar a mamá agradeciéndole muy contenta aquella agradable sorpresa. También les escuché felicitándose y diciéndose lo mucho que se querían. Me gustaba mucho ver a mis padres así de enamorados. La verdad es que siempre les había visto así. Ellos acostumbraban a demostrar lo mucho que se querían todos los días, no hacía falta que fuese especial para darse cuenta de cuánto se amaban.

-Vamos pequeñaja, espabílate que se hace tarde para ir al colegio -me habló de pronto mi hermano Pedro, sacándome así de mis pensamientos.

-¡Hala, qué tarde es! -dije corriendo hacia mi habitación para vestirme.

Rápidamente terminé de arreglarme para volver a la cocina a desayunar. Mientras papá me metía prisa porque con tantas historias era tardísimo. Estaba terminando de beber la leche cuando sonó el timbre. Era Clara que venía a buscarme acompañada de su tía. Mi papá y ella hablaron unos minutos, y finalmente, decidieron que me iría con ellas. Así papá podría quedarse en casa a disfrutar del día con mamá.

Nada más llegar al portal, y casi sin saludarnos, le conté a Clara el bonito detalle que tuvo mi padre con mi madre. Comenzamos a hablar, emocionadas, pensando en el día en que nosotras fuésemos mayores. La verdad es que a mi no me preocupaba mucho ese tema, pero a mi amiga le encantaba imaginar cómo sería ser mayor y tener novio. Casi sin darnos cuenta, llegamos al colegio. Nos despedimos de su tía y corriendo cruzamos el patio para dirigirnos a nuestra clase. Una vez dentro, nos aproximamos a un grupo de niños que charlaban animadamente. Entre ellos estaba Lucas, que nada más verme, me saludó y me pidió que le acompañase un momento que quería darme algo.

Entonces nos fuimos hacia una esquina de la clase. Una vez allí me entregó una postal de color rosa que tenía un precioso osito dibujado en la portada. Estaba sonriendo y llevaba entre sus manos un pequeño corazón de color rojo, y en el centro de este, ponía en inglés la palabra “LOVE” Durante unos segundos me quedé mirándola sin saber muy bien que decir. Comencé a pensar que aquella era una de esas postales de San Valentín ¡Ay dios mío! Con manos temblorosas, la abrí lentamente. Por dentro había dibujados muchos corazoncitos y en medio de ellos decía: “Para la chica más guapa de todas” “Feliz día”

-Estaba en la librería comprando unos bolis y la vi. No sé porqué, pero pensé en ti al verla y creí que te gustaría -me explicó ruborizado.

-Gracias Lucas, es muy bonita -contesté ligeramente nerviosa.

-Si te parece bien, podíamos quedar por la tarde en el parque e ir a patinar ¿te gustaría? -me preguntó.

-¡Si qué bien! ¿Yo también puedo ir? -dijo Clara apareciendo de repente.

-Pues claro que si -le contestó Lucas a regañadientes.

-¡Genial! Pues quedamos a las cinco en el parque -volvió a decir mi amiga, mientras me agarraba del brazo para que volviésemos a nuestro pupitre-. Te voy a decir una cosita, no pienso dejarte sola con ese, le veo un poco lanzadillo -me dijo al oído.

El resto de la mañana pasó sin darme cuenta. Me sentía un poco extraña por lo que había pasado, pero no quise pensarlo más. Cuando terminaron las clases salimos corriendo hacia el patio. Allí nos despedimos de Lucas hasta la tarde. Mientras Clara y yo quedábamos en que vendría a recogerme al terminar de comer. Ya solo deseaba que las horas pasaran lo más rápido posible ¿Pero porqué tenía tantas ganas de ir al parque? ¿Y porqué sentía aquella extraña sensación en el estómago? ¿Tal vez era hambre? Decidí no hacerme más preguntas y limitarme a disfrutar del día.

Finalmente fue una tarde estupenda y los tres lo pasamos muy bien. Patinando y comiendo chuches que Lucas nos había traído. En ningún momento Clara nos dejó solos, no sé muy bien qué le pasaba, pero su comportamiento era un poco extraño. A pesar de eso, nos divertimos mucho juntos y fue la primera vez que el día de San Valentín era distinto. Aunque había algo que seguía intrigándome, y era aquel cosquilleo que tenía en el estómago, el cual empeoraba cada vez que Lucas se me acercaba.

8 comentarios:

  1. Hoy quise ser la primera en escribir para felicitarte por otra brillante historia en un día tan señalado. María nos va descubriendo facetas nuevas y poco a poco se nos hace mayor. La edad no perdona. El tiempo pasa. Gracias cariño por esta nueva entrega y sigue así, que siempre hay alguien que te lee y te recuerda... como mi hija y yo. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias mi querida amiga y me alegro mucho que te gustase la historia de hoy. Es uno día diferente para María, poco a poco va creciendo y descubriendo el amor, es ley de vida. Yo tampoco te olvido tesoro y deseo que tu día fuese muy feliz. Te mando todo mi cariño.

      Muchos biquiños cielo

      Eliminar
  2. Qué linda es María y qué pena da cuando se hacen mayores. Y mejor no pensar que nos hemos hecho nosotros si los que conocimos pequeños se han hecho mayores.
    Felicidades una vez más por contar tan bien este diario.
    Un biquiño, amiga y feliz día de Galerías Preciad... ¡Uy!, del Corte Inglés, quise decir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es inevitable que María se haga mayor, solo espero que sea afortunada en el amor y no sufra más de lo necesario. Gracias cuentista y feliz día también para ti.

      Un biquiño amigo

      Eliminar
  3. Mila Miguélez Teixeira14 de febrero de 2013, 23:16

    ¡Buenas noches Lua! Precioso relato para este día y María cada vez más le gusta Lucas ese cosquilleo como dice ella es que se está enamorando qué bonito a esa edad que no sabemos bien definir ese cosquilleo poco a poco se hace mayor . Pues sabes en el fondo me da pena que se haga mayor nunca será tan feliz por lo inocente que es y es una pena perder esa inocencia pero es de ley hacerse mayor .Precioso Lua y encantada de leer a María otra vez .Feliz noche preciosa .Bikiños a montones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Buenas noches Mila! La verdad es que no me gusta que crezca demasiado, pero en su vida tiene que haber sitio para todo. El primer amor siempre es mágico y tierno, además es el mas bonito y creo que es Lucas el que esta mas enamorado jajajaja. De todas formas la frenaré que me da penita que crezca demasiado rápido. Gracias por tu apoyo y tu comentario, feliz noche preciosa.

      Muchos biquiños cielo

      Eliminar
  4. Maravilloso relato. Que bonito es ver el amor desde el punto de vista de tus hijos. Suerte con tus cuentos. Un saludo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El amor siempre es bonito, aunque a veces lo idealizamos demasiado y no sale como nos gustaría. La vida es así, pero hay que disfrutarlo mientras lo tenemos. Gracias por comentar.

      Un biquiño amigo

      Eliminar