A pesar de que las vacaciones me encantan,
ya tenía ganas de que empezase el colegio. Sobre todo para volver a encontrarme
con Clara, mi mejor amiga, ya que en todo el verano apenas nos habíamos visto.
Así que ayer regresamos a la
rutina de madrugar y tener que volver a estudiar. Mi papá me acompañó en este
primer día y nada más llegar, me encontré con Clara. Al vernos corrimos para
abrazarnos entre grititos de alegría. Rápidamente comenzamos a contarnos todo
lo que habíamos hecho durante aquellos dos meses. Le expliqué con todo detalle
mis vacaciones en la granja de los abuelos y lo bien que me lo había pasado con
mi amiga Andrea, la niña que conocí en el pueblo. Ella también disfrutó mucho,
ya que su tía la llevó a la playa y lo pasaron genial.
Después de ponernos al día,
subimos a nuestra clase para reunirnos con el resto de compañeros. Una vez nos
saludamos todos, fuimos poco a poco ocupando nuestros pupitres. La verdad es
que estas primeras semanas de colegio son las mejores, ya que no hay deberes y
las pasamos haciendo jornadas de convivencia para conocernos un poco más.
Aunque pocas cosas han cambiado con
respecto al año pasado, la señorita Paula sigue siendo nuestra profesora y tan
solo tenemos cuatro compañeros nuevos, tres niñas y un niño. Este último se incorporará a
nuestra clase la semana próxima. Al oír eso, todas comenzamos a cuchichear pregúntanos
cómo sería el nuevo chico. Era una sensación extraña porque antes esas cosas no
nos importaban y ahora nos ponemos tontas, ¿será que nos hacemos mayores?
-Bueno chicos atenderme un
momentito que voy a explicaros algo -habló de pronto la profesora sacándome así
de mis pensamientos-. Este año el colegio ha decidido crear un banco de libros.
-¿Un banco de libros?, ¿y eso qué
es? -preguntamos sorprendidos.
Durante un rato, comencé a
imaginar cómo la gente podría sentarse en un banco de libros. Recordé que en
los parques y en las calles que conozco los bancos son de madera o de metal,
pero nunca de libros. Luego creí que se referiría a los bancos donde se guarda
el dinero, y en este caso, se guardarían libros. Pero no tenía lógica, porque
para eso ya están las bibliotecas. Que lío me monté y por más vueltas que le dí
no lo comprendí, menos mal que la señorita Paula terminó por explicárnoslo.
-Cada familia aportará los libros
que tenga en casa de cursos pasados. Los juntaremos todos en la biblioteca y
los repartiremos entre los alumnos. De esta forma el gasto que supone comprar
los libros para vuestros padres será mínimo, ya que solo compraremos los que
nos falten.
-Entonces ¿tenemos que traer los
libros del año pasado? -preguntó Clara.
-Eso es, durante esta semana
quiero que todos traigáis los libros de texto que tengáis en casa. Hasta que no
los tengamos no comenzaremos a estudiar en serio -respondió la maestra.
-¡Qué bien! Pues tardaremos en
traerlos así nos pasaremos el curso jugando y sin deberes -dijo uno de los
niños muy contento, provocando así, las risas de los demás.
-Ya sé que no os apetece mucho
trabajar después de las vacaciones, pero cuanto más tardemos en empezar, más
tendremos que estudiar luego ¿lo habéis entendido? -nos preguntó nuestra
profesora.
-Sí señorita -contestamos todos a
la vez.
Cuando llegué a casa, les expliqué
a mis padres lo que nos contó la señorita Paula. A ellos les pareció una
magnifica idea y alabaron el buen hacer del colegio. Papá dijo que esa era la
forma de avanzar, aprovechando los libros de texto y no comprarlos sin
necesidad. Cosas así eran las que se necesitaban para salir de la crisis que
tanto asfixiaba a muchas familias. Además era absurdo que cada año se comprasen
libros nuevos, ¡como si cambiasen tanto las cosas! Siguió razonando que el
contenido de muchas asignaturas era siempre el mismo y las variantes que había
eran mínimas. Al final, si se pedían libros nuevos, no era por el bien de los
niños, sino porque se beneficiaban las editoriales y algunos colegios.
Me di cuenta en ese momento que
él tenía razón. Tanto hablar en las noticias de que había que apretarse el
cinturón y que debíamos ahorrar para terminar con la malvada Señora Crisis,
pero luego al empezar el curso escolar, muchas familias tenían que gastarse un
dinero que no tenían en comprar libros nuevos.
No tiene sentido, por eso lo que va a hacer mi colegio deberían hacerlo todos,
porque así no solo ayudamos a los padres sino que también reciclamos libros de
texto viejos.
Cuanta razón tienen y que gran idea.... Que se dejen de guerras de poder y se pongan de una vez a ejercer la política.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y tienes razón que deberían preocuparse más de poner soluciones que de plantear problemas.
ResponderEliminarUn abrazo amigo
sí señor esa es la forma de salir de esta crisis aportando soluciones tan válidas como esta.Enhorabuena querida lúa cada vez superas la anterior te levanto el sombrero
ResponderEliminarGracias Juan por tu comentario, y una hace lo que puede e intenta aportar ideas por si alguien quiere cogerlas jeje.
EliminarUn biquiño cielo
Es precioso de verdad,y tiene mucha razón,mucha gente debería tomar ejemplo,me encantó ;)
ResponderEliminarClaro que deberíamos tomar ejemplo e intentar mejorar las cosas, gracias por tu comentario y bienvenida a esta tu casa.
EliminarUn biquiño guapa
Biennnn, María de nuevo y una vez con ideas fantásticas para que la gente pueda ahorrar en tiempos de crisis. Yo sí he visto bancos de libros para sentarse, jejejeje. Felicidades maría, felicidades Lua preciosa.
ResponderEliminarGracias Sandunguera por estar ahí, siempre lo estás linda. Me alegra que te gusten las ideas de María, ahora solo falta que le hagan caso jeje.
EliminarUn biquiño querida amiga ♥
Gracias a ti preciosa por iluminarnos con tu cariño y tus escritos.
EliminarQue buena idea amiga, acá la editoriales le ponen fichas para trabajar en los libros, lo que impide usar los del año anterior. Si tienes un libro usado te faltan las fichas.
ResponderEliminarTu mensaje es muy bueno pero...
Te dejo un abrazo.
Es que al final todo es un negocio querido amigo, ahí ponen fichas para asegurarse que al año siguiente los papás volverán a comprarlas. Pero eso pasa porque los padres lo permiten y yo soy partidaria de buscar alternativas a lo establecido.
ResponderEliminarUn abrazo amigo y gracias por estar ahí.
¡Hola Lua! Qué alegría ver de nuevo a María, me encanta qué empezara con alegría el curso, así es ella de lista jejejeje… Muy buena idea esa del banco de libros una buena iniciativa así tenían que hacer todos, los colegios…. jajajaja mucho me reí cuando María se hacia un lio pensando lo del banco pero si es que es un encanto siempre me saca una sonrisa .Muy bonito Lua gracias por dejármelo en el muro eres un sol .Feliz noche linda besitos:-))♥♥
ResponderEliminarMe alegro mucho que disfrutases con María, ella es así siempre buscando la lógica a todas las cosas jajaja. Es un placer dejartelo en el muro, me gusta que seas de las primeras en leerlo cielo. Gracias por tu apoyo y pasa una feliz noche tesoro, un biquiño enorme Mila :) ♥♥
ResponderEliminarHola, Lúa!
ResponderEliminarHaya tantas cosas, tan obvias, que se pueden hacer... Quizá la Sra. Crisis es en realidad el Sr. Nuevo Sistema que trata de imponer un nuevo orden mundial con cuatro ricos y el resto.
Pero no nos pongamos dramáticos, hay que seguir peleando, desde la lectura, la imaginación, la apuesta por los pequeños, con personajes tan enriquecedores y didácticos como nuestra amiga María.
Ánimo, amiga, que no se detenga este importante diario que escribes.
Un biquiño!
Hola Fernando!!
EliminarCuanta razón tienes amigo, pero parece que a los que mandan no les importan otras alternativas, a ellos les va más lo de recortar a la gente trabajadora, y a este paso, acabarán por asfixiarnos. Pero bueno como bien dices no nos vamos a rendir y seguiremos luchando e intentando crear un mundo mejor para nuestros niños.
Gracias cuentista por estar ahí y por tu apoyo.
Un biquiño amigo
Maria,yo estudiaba con los libros de mi hermano, el es cinco años mayor.Pero después de muchos años todo cambió, los profesores exigen todos los años nuevos libros, es todo un negocio verdad?
ResponderEliminarLÚA hermoso relato
besitos